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Revista Coletivo Cine-Fórum – RECOCINE | v. 2 - n. 3 | set-dez | 2024 | ISSN: 2966-0513 | Goiânia, Goiás
humanidad; una versión de que este personaje es una metáfora que encarna los miedos y
paranoias más profundas.
La cinematografía de los zombis cambió de lugar, incluso las películas de Romero
fueron reeditadas. Las producciones cada vez son más globales, algunos ejemplos: Bio Zombie
(1998) producida en Hong Kong, Junk (2000) Wild Zero (2000), Japón, Train to Busan (2016),
Península (2020), Corea del Sur. 28 Days Later (2002), Inglaterra, la saga REC (2004-2022),
Espana, Malnazidos (2022), La nuit a dévoré le monde (2018), Francia, Halley (2012),
Ladronas de almas (2015), El último zombi (2020), Argentina, Ojuju (2014), Nigeria, Porto
dos Mortos (2010), Mangue Negro (2008), Brasil. En Estados Unidos, desde el 2002, la
explosión cinematográfica arrancó con la saga Resident Evil; la lista zombi puede ser resumida:
Beyond Re-Animator (2003),
Undead (2003), Dead & Breakfast (2004), Sars
Wars: Bangkok
Zombie Crisis (2004), Shaun of the Dead (2004), Fido (2006), Slither (2006), Colin (2008),
“Dance of the Dead” (2008), Dead Set (2008), Zombie Strippers (2008), Dead Snow, (2009),
Planet Terror (2007), Doghouse (2009), Survival of the Dead (2009), Zombieland (2009),
World War Z (2013).
Estas películas muestran escenarios apocalípticos en los que los enemigos no son los
zombis, sino la avaricia humana, el hiperconsumo y el individualismo; los zombis de hoy se
presentan bajo una estética corporal distinta, ya no caminan lentamente, ni son pasivos, ahora
son ágiles y salvajes que deambulan las ciudades vacías. Este género ha dejado su pasado de
bajo presupuesto para colocarse como una estrella de las industrias culturales, pero que no
abandona el sentido crítico que impuso Romero, que, sin embargo, ha sido invadido por el
abuso de los efectos especiales que conducen a su sobreexposión. Este éxito comercial, también
han provocado una paradoja, el aburrimiento de sus historias que hasta cierto punto han creado
finales previsibles.
Esto ha conllevado ubicar esta explosión cinematográfica bajo una mirada de los
arquetipos jungueanos, es decir, sus historias se repiten, pero se adaptan a los cambios de época
y a los formatos audiovisuales, “un mismo motivo puede ser fantástico, cómico, trágico,
elegiaco incluso. El motivo importa menos que la manera en que se utiliza” (Vax, 1965, p.
24). La presencia de los zombis se ha convertido en un oxímoron, como lo sostiene Mark
Fisher (2018), se los pueden usar como sinónimo de cualquier situación social, además
presenta líneas cinematográficas paralelas entre el subgénero del terror, lo fantástico, lo
maravilloso y ficción.